La finca, muy próxima a Badajoz, se encuentra en las estribaciones de la Sierra de San Pedro, en la frontera con Portugal; rodeada por un paraje natural de singular riqueza ecológica. La hacienda cuenta con una extensión de 220 ha y combina el espacio de Dehesa de recreo junto con una tradicional explotación agroganadera, destacando por su magnífico arbolado de alcornoque y encina. La vivienda principal, de una planta, es amplia y luminosa, construida con materiales de calidad: piedra natural, solería de barro cocido y madera. Dispone de cuatro amplios dormitorios comunicados al exterior mediante grandes ventanas. Destaca el salón, muy amplio y cubierto por techos de bóveda de barro con forjado de vigas de madera de castaño. Apreciamos en él, además, su mampostería de piedra, una gran chimenea de granito. La cocina rústica, con muebles de obra en madera de castaño, se encuentra perfectamente integrada en el salón. Dispone además de una bodega, situada en un nivel inferior, con privilegiadas condiciones de humedad y temperatura. Destaca también su amplísimo jardín, con una zona de barbacoa, donde encontramos una agradable zona de lounge y un horno de leña. La finca también cuenta con una casa de guarda, así como abundante agua para la explotación ganadera, que disfruta de condiciones óptimas gracias a las cualidades del clima mediterráneo y todo el conjunto de infraestructuras agroganaderas, con una amplia capacidad de explotación, entre las que encontramos una nave, una vivienda para el pastor y maquinaria.