La finca una superficie aproximada de 581 ha. Posee diversos encantos naturales que la hacen un lugar idílico como finca de recreo. En ella coexisten bosques de encinas y alcornocales que se mezclan en las zonas altas con la jara, madroño, lentisco, retama y el brezo. Mientras, los pastizales completan el paisaje en los valles. La finca ofrece la posibilidad de realizar infinidad de actividades relacionadas con la naturaleza como el senderismo, la fotografía de naturaleza o la caza.

A su exuberante flora la finca une la riqueza de su fauna formada por abundante ejemplares de jabalí y por cérvidos, además del gato montés, meloncillo, nutria, turón, tejón, garduña, gineta y el lirón careto entre otros. En cuanto a las aves, la zona es una verdadera reserva de especies como el Águila Imperial Ibérica, el alimoche, el gavilán, el azor, la lechuza, el cárabo, el mochuelo, el cuervo, la grulla, el buitre negro, el Águila Perdicera, el Águila Real, la Cigüeña Negra o los Búhos Reales por solo citar algunos ejemplos. Además existen diversos tipos de sapos, ranas, carpas, tencas, black-bass, galápagos, lagartija ibérica entre otros reptiles y anfibios.

Tiene la ventaja de tener abundante agua, con 3 pozos de profundidad, numerosos abrevaderos automáticos para ganado, mínimo dos charcas por cada cerca y un embalse.

La finca posee dos cortijos y zonas de sierra y valles intercaladas, con luz eléctrica, generada por placa de energía solar y aerogeneradores:

La primera vivienda de unos 300 m2 con porche, un salón central, chimenea, cuatro dormitorios, dos cuartos de baño, una cocina-comedor y despensa; y área anexa a la vivienda, concebida para el descanso de los trabajadores.

La segunda vivienda de unos 97 m2, con un doblado o buhardilla de 97 m2, un salón central, dos dormitorios, un cuarto de baño, una cocina y una despensa; y área anexa a la vivienda, concebida para el descanso de los trabajadores.

La finca dispone, además, de unas magníficas instalaciones ganaderas.